Cada vez son más las empresas que deciden implementar un sistema de pagos recurrentes en su sistema de cobros. Generalmente, suelen ser aquellas que generan un gran número de cobros mensuales con un importe periódico como empresas de suscripción de servicios tipo Netflix o Spotify. También se incluyen los relacionados con la salud y el bienestar como gimnasios o clubs deportivos, de carácter administrativo como administradores de fincas o gestorías e incluso las entidades educativas como colegios o academias.
¿Por qué las empresas eligen los pagos por domiciliación o subscripción?
Si bien se ha dicho ya, todos estos negocios, se relacionan por dos cosas, la emisión de un gran número de recibos recurrentes y con una cuota estándar por lo que, en ocasiones, la gestión de estos procesos puede llevar mucho tiempo, y dar pie a errores. Además, siempre está el problema de aquellos que o bien, realizan el pago tarde, o simplemente deciden no pagar más, lo cual conlleva numerosos quebraderos de cabeza para las entidades, quienes tienen que estar muy pendientes de todo, y deben pagar sus propias facturas.
Esto ha hecho que muchas de estas entidades, decidan introducir como su principal forma de cobro las domiciliaciones bancarias o servicios de subscripción. Y es que, este servicio, permite a las empresas automatizar pagos y tener un mayor control de sus cobros. Además, es fácil de usar, es seguro, está protegido y elimina el problema del retraso de pagos. Asimismo, a los clientes se les ahorra también tiempo y dinero.
No obstante, la domiciliación es un proceso requerido por muchos por lo cómodo y fácil que es, pero en ocasiones, la regulación del sistema puede suponer, sobre todo para las empresas, un incremento de riesgo de impagos e incluso la ruina.
El principal problema de la emisión de pagos recurrentes
Una de las principales regulaciones del sistema, y por lo que muchos usuarios se sienten seguros, es la posibilidad de poder devolver recibos. Las entidades financieras, permiten devolver recibos autorizados hasta un plazo de 8 semanas o 50 días y, en caso de no ser autorizado, el plazo se alarga hasta 13 meses. Este sistema, está creado para salvaguardar a aquellos clientes que reciben cobros no correspondientes. Las principales causas autorizadas de devolución de recibos suelen ser:
- Que al cliente se le cobre por un servicio del que ya no da uso
- Que el cliente reciba una orden de pago que no se corresponde con la que se había establecido
- Que al cliente le cobren por un servicio que no contrató
Pero, además, los clientes se aprovechan en ocasiones de esta regulación para devolver recibos como:
- Que el cliente no tenga fondos suficientes en su cuenta y, por tanto, el pago le deje en números rojos
- Que el cliente devuelva el pago sin motivo alguno
Si analizamos los primeros apartados, podemos ver que tienen causa de justificación y no debería haber ningún problema en la devolución íntegra del importe.
Sin embargo, el problema viene dado en los dos últimos ya que, en un primer lugar, no tener fondos, no te exime de pagar un recibo. Simplemente estás aplazando una deuda y, además, incrementas el importe a pagar debido a los costes de tramitación, ya que devolver un recibo supone un gasto que hay que pagar.
En cuanto a los pagos sin justificar, es un problema que cada vez se está dando en más empresas, sobre todo en las prestadoras de servicios como gimnasios. Lo que ocurre en estos casos, es que la gente se aprovecha de este beneficio bancario de margen de devolución y disfrutan del servicio durante dos meses y después, devuelven los recibos y no vuelven a aparecer.
Estudios indican que entidades empresariales como los gimnasios, han incrementado su riesgo de impago hasta alcanzar un 33% del sector, de los cuales un 27% son con un riesgo elevado mientras que en un 6% el riesgo es máximo (López, 2017).
Además, según el 12º Estudio de la Gestión del Riesgo de Crédito en España (Crédito y Caudición, 2019) el porcentaje de empresas con impagos en España en es del 32%, habiendo incrementado la tasa en un 5% y, de los cuales, el 52% afirma que son por falta de fondos.
Consecuencias de la morosidad
El no pagar recibos, supone que dichos individuos entren dentro de una lista de morosos, que en un futuro puede suponer el rechazo de peticiones de financiación por parte de bancos u otro tipo de entidades.
Además, si el volumen de impagos es muy elevado puede suponer para las empresas, como bien se ha mencionado, un riesgo ya que pueden sufrir de:
- Pérdidas del nivel de ingresos, por lo que les dificultará el pago de sus propios recibos e impuestos
- Limitaciones en el crecimiento a nivel empresarial, al no tener fondos en los que invertir
- Incremento de costes financieros
- Peligro de la continuidad de la empresa.
Esto supone un grave riesgo para las empresas, quienes no están muy amparadas ante esta regulación, pues bien, para muchas de ellas, el denunciar estos impagos puede suponer incluso un mayor coste que dejar que el moroso no pague. No obstante, empresas como Ezpays se han dado cuenta de que hay siempre regulaciones para el usuario y no para la empresa, por lo que han desarrollado un modelo de tramitación de recibos que, por un lado, son automáticos por lo que siguen ganando los beneficios de la domiciliación, pero evitan estos problemas de impagos, al no poder devolver el cliente un recibo ya pagado y, en caso de no haber fondos, no suponen ningún gasto de devolución.
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